Pocos sentimientos son más desoladores que el  sentimiento de abandono. Además, esta emoción resulta limitante para nuestra vida diaria y, en especial, en nuestras relaciones con los demás. Muchas personas exitosas en distintas áreas se sienten muy solas.

Estas emociones se empezaron a estudiar desde el psicoanálisis y hoy existe una teoría del apego que explica con bastante amplitud las reacciones fisiológicas asociadas a este sentimiento. Lo más habitual es que la sensación de abandono en la edad adulta venga generada por un problema en la niñez o adolescencia que se puede manifestar de distintas formas: abandono por los progenitores o cuidadores o, por el contrario, sobreprotección.

Las personas que han sido abandonadas durante su infancia por sus padres, ya sea porque no estaban ahí o porque, estando físicamente, no dieron a sus hijos los cuidados que requerían. Hay que dejar bien claro que, si bien en el pasado esta carencia era sobre todo fisiológica, en los últimos años se ha dado una importancia creciente a los factores emocionales que son importantes para entender determinados comportamientos a partir de la adolescencia.

La sobreprotección suele ser perniciosa, aunque quizás no resulta tan evidente a corto plazo. Unos padres que no permiten que su hijo (dentro de unos límites) se equivoque o tome decisiones autónomas se encontrarán con que, cuando este sea adulto, no sabrá defenderse en sociedad y, probablemente, cuando se encuentre con problemas tendrá una sensación de soledad. Por este motivo, hay que evitar la infantilización cuando los hijos crecen.

También existe otra tipología en el sentimiento de abandono referida a aquellas personas que, por situaciones traumáticas que ya han vivido de adultas, sienten incomprensión a su alrededor. Sucede, simplemente, que la mayoría de las personas no entenderían qué les sucede y, en consecuencia, se alejan de los demás y se aíslan. El sentimiento de abandono puede retroalimentarse debido a estas actitudes.

Cuando una persona se siente sola buscará refugio en otras alternativas como el juego, el tabaco, el alcohol o determinadas relaciones tóxicas. En definitiva, no sanar este sentimiento puede llevar a adicciones, de ahí que sea una prioridad entender qué nos está pasando.

Cuando se detecta esta situación, es conveniente que realizamos un examen de conciencia y veamos, honestamente, si el abandono es real o si, en cambio, responde a una situación que hemos vivido en el pasado y que se reproduce como un automatismo.

En Emocodificación y Sanación Genética trabajamos para que identifiques la causa de tu sensación de abandono y la sanes, desde la empatía y la comprensión.

Por 6 Comments 27/11/2017
  • Begoña
    27/11/2017

    Mis padres se criaron en el abandono los dos aunque de diferentes formas. Ellos fueron emigrantes y ahora yo tengo la conciencia de que fui también abandonada. He salido de una relación tóxica de 39 años que creo que he consentido por mis antecedentes. Qué os parece? Me gustaría conocer vuestra opinión. Gracias

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    • Hola Begoña, la impronta del abandono la sufristes a muy temprana edad, y efectivamente el anclarte en una relación tóxica está muy relacionado con ella, si el reconocimiento, la aceptación y el perdón se han realizado podrás atraer relaciones sanas a tu vida.
      Un abrazo.

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  • Raul Patod
    27/11/2017

    …situaciones traumatáicas que necesitan esclarecimiento y comprensión
    para que los padecientes tengan más recursos
    – para salir de ese lugar – impensado – de soledad y encierro…

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    • Hola Raul, efectivamente tienes razón y desde Emocodificación utilizamos la metodología para llegar a lo más profundo del inconsciente, y así sanar memorias y patrones erróneos.
      Un saludo y muchas gracias.

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  • Ninfa
    28/11/2017

    Informacion

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