La inmensa mayoría de los padres se preocupan por cuidar a sus hijos y ayudarles en todo lo que necesiten. Esto es óptimo, siempre y cuando no choque con el desarrollo y crecimiento psicoemocional. Hay casos en los que la sobreprotección de los hijos puede ser francamente contraproducente. Lo importante es que puedas contribuir a que tus hijos se enfrenten a las situaciones por sí mismos. En el artículo te indicamos cómo evitar estas situaciones.

La sobreprotección de los hijos

Este concepto es de por sí polémico porque la mayoría de las veces los padres no lo tienen claro. Si tuviéramos que proporcionar un significado simple, diríamos que este se da cuando un niño, adolescente o incluso adulto no es capaz de manejarse en su vida porque los padres cumplen funciones sustitutivas de sus responsabilidades.

Las personas sobreprotegidas suelen tener problemas para ser autónomos económica y afectivamente. El resultado es que los padres tienen que ayudarles. Esto genera un círculo vicioso que se retroalimenta y que es poco saludable para ambas partes. Uno de los problemas de este tipo de relación es que acaba siendo tóxica. Lo importante, a medio plazo, es que puedas poner límites por el bien tuyo y de tu hijo.

Las personas que sobreprotegen a sus hijos suelen hacerlo, la mayoría de las veces, por carencias afectivas antiguas. Un padre no desea que su hijo pase privaciones, máxime si él las ha vivido.

Cómo evitar situaciones de sobreprotección

Lo primero que hay que tener claro es que cuidar a tu hijo no es sobreprotegerlo. La idea es que evites que tu hijo no pueda tomar sus propias decisiones. Este es el proceso natural y, a medida que cumpla años, lo normal es que te necesite menos.

Lo cierto es que, aunque a veces resulte doloroso, tienes que saber decir “no”. Si ves que tu hijo puede asumir una tarea, no le ayudarás haciéndola en su lugar. La idea es que, a largo plazo, resulte más sencillo que se enfrente a las situaciones. Lo mejor que puedes hacer por tu hijo es ayudarle a ser autónomo porque, a la larga, te lo agradecerá.

Eso sí, conviene señalar que esta pauta es útil siempre y cuando no haya algún trastorno. Cuando esto suceda, lo más conveniente es que consultes a un profesional. No en vano, los problemas de tu hijo pueden tener una causa más profunda.

Conclusión

La sobreprotección de los hijos es una situación a evitar y, en cierta medida, un aprendizaje para ti como padre o madre. Es sumamente importante que seas sincero contigo mismo y sepas reconocer qué situaciones traumáticas te están gatillando. La mayoría de las veces, conocer la base del problema te resultará útil para cambiar las situaciones.

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