Uno de los arquetipos más recurrentes que nos encontramos es el del salvador. Los mitos religiosos tienen, en la mayoría de los casos, una figura de estas características e, inconscientemente, también se han extendido a otros ámbitos. En las empresas o en las relaciones humanas también abunda este perfil y, si somos sinceros, consciente o inconscientemente alguna vez hemos jugado ese papel. En este artículo te explicamos cuáles son las principales características de este personaje y lo que hay detrás.

Las características del salvador

Si hay algo que caracteriza a un salvador es que defiende a algo o a alguien con aparente desinterés. Esto puede aplicarse a personas o determinadas causas sociales. Pero quizás lo más importante es que esta actitud es continuada en el tiempo, haya o no un motivo claro.

Las personas salvadoras son relativamente fáciles de distinguir. No en vano, allí donde haya una situación problemática se prestarán ellos a solucionarla. También es posible que te den un consejo que en ningún momento les has pedido. Lo curioso es que esto sucede independientemente de que los motivos sean reales o imaginarios. En el mejor de los casos, es valorado por sus semejantes; en el peor, es visto como un fantoche.

¿El salvador es perjudicial para ti?

La respuesta es compleja porque muchas personas tienen un toque de salvadoras. Ahora bien, cuando siempre se ofrezcan, piensa que hay algo que no funciona. Por regla general, la mayoría de las personas espera algo a cambio de una ayuda, sea directa o indirecta. La persona que te quiere salvar muchas veces lo hace a cambio de algún tipo de compensación psicológica e, inconscientemente, os podéis ver inmersos en una dinámica perversa.

Las personas salvadoras pueden tener graves problemas internos. Por ejemplo, es habitual que el que se preocupa por alguien de manera continuada y obsesiva tenga serios problemas de equilibrio interior. Con esto no queremos decir en absoluto que el altruismo no sea algo honorable (que lo es), pero sí es bueno que tengáis un criterio escéptico con aquellas personas desapegadas en exceso, sobre todo si no las conocéis de nada.

Un problema que generan los salvadores es que su protección puede resultar asfixiante. Si te sucede esto, te recomendamos que pongas límites cuanto antes. Desgraciadamente, en muchas relaciones de pareja se da esta situación y, al cabo del tiempo, pasa a ser imposible la convivencia.

En consecuencia, te recomendamos que tomes con calma estas muestras de disposición sobrevenida. No significa que tengas que rechazarlas por sistema, pero la prudencia es la actitud más inteligente para no tener problemas.

Conclusión

El salvador es un perfil complejo y, para tomar una decisión con respecto a él, necesitarás conocerlo algo mejor. No hay nada malo en que alguien que te quiera desee ayudarte, pero comprueba que eso es altruismo y entrega y que no hay chantaje emocional. En Emocodificación y Sanación Genética te ayudaremos a conocerte mejor para conocer mejor a tus seres queridos. Este es un paso necesario para tu proceso de sanación.

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