Las máscaras del Carnaval, por muchos motivos, son una metáfora de nuestra personalidad que se proyecta en otros contextos. Esta entrada da más detalles acerca de estas situaciones. 

Las máscaras, qué suponen más allá del Carnaval

Una máscara es una forma de adaptar otra identidad, aunque sea de forma transitoria. El Carnaval, que tradicionalmente ha sido una fiesta de transgresión, previa a los rigores de la Cuaresma, era el pretexto ideal para que las personas se disfrazasen. Sin embargo, esto no sucede solo en esa época del año, ni con motivos festivos. 

Vale la pena señalar, sin embargo, que las máscaras son una metáfora de nuestra personalidad. Un error recurrente es el de pensar que una persona tiene una sola dimensión, cuando no es así. La personalidad de un ser humano es poliédrica, puesto que tenemos varias formas de proyectarnos al mundo. Al final, no actuamos igual cuando estamos trabajando que cuando estamos en contextos relajados; aquí estaremos de acuerdo en que estas vertientes nos permiten sobrevivir en el día a día.

Y es aquí donde nos podemos preguntar hasta qué punto es saludable esta cuestión. El imaginario popular rechaza la condición poliédrica de la personalidad, pero esta no tiene por qué ser mala. Estas preguntas pueden ser una brújula:

¿Eres coherente con lo que sientes?

La coherencia con lo que sientes es una primera premisa para ver si el juego de máscaras, no solo en Carnaval, es correcto. No en vano, hay que tener en cuenta que, en ocasiones, podemos tener una proyección más seria o más informal, y el contexto siempre tiene importancia. Lo único que has de tener claro es que eres coherente con lo que sientes en cada momento. 

¿Cumples con tus compromisos, tanto de palabra como de pensamiento?

La diferencia entre una persona que sabe moverse en varios contextos y un cantamañas está en si se cumplen o no los compromisos. Eso sí, siempre que esos compromisos se hayan adquirido de forma consciente y en buena lid. Por lo tanto, que tú optes por una versión más desenfadada no es malo, siempre que eso no suponga un incumplimiento de tus compromisos. Es conveniente que tengas, pues, en cuenta esta cuestión. 

¿Te sientes cómod@ con tu proyección habitual?

La comodidad tiene relación con la coherencia, pero no tiene por qué coincidir. Y aquí está el problema. La idea es que esa coherencia te genere comodidad. O, dicho de otra manera, que esas “máscaras” no sean si no la forma que tiene tu ego de proyectarse en cada momento. Si es así y eres consciente de ello, no tendrás problemas. Conviene, por lo tanto, que tiendas siempre a que lo que te hace sentir cómodo sea coherente.

Conclusión

Las máscaras, como proyección de nuestra personalidad, dan una información valiosa. Y gestos como el del Carnaval nos hacen pensar en si en nuestras vidas cumplimos con algún papel que, en el fondo, no deseamos. ¿Tienes el control de tu vida? ¿Sientes que no fluyes como lo desearías? En Emocodificación te puede ayudar a poner solución a esta situación. ¡Contáctame!

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