La convención social tiende a identificar la madurez con un determinado espectro de edad. Muchas veces pensamos que por cumplir años se asimilan determinadas cuestiones. En realidad, la situación es mucho más compleja y, para hablar de madurez, lo más correcto será relacionarla con las habilidades psicosociales de la persona. En este artículo pondremos algunos ejemplos básicos para que sepas diferenciar las situaciones. Finalmente, te indicamos cómo te podemos ayudar en Emocodificación.

Madurez: edad física VS edad psicoemocional

A medida de cumplimos años, ganamos en experiencia. Esta es la razón por la que, en las sociedades antiguas, se valoraba la edad como sinónimo de sabiduría. Un anciano que estuviese en plenitud de facultades mentales podía guiar a la comunidad.

Ahora bien, la relación entre madurez física y psicoemocional no tiene por qué ser equivalente. En primer lugar, porque los ritmos de aprendizaje son distintos. Por otra parte, no hay que olvidar que una persona que viva en una ciudad y que tenga un abanico de relaciones amplio estará más expuesto a una serie de estímulos que quien reside en un pueblo. En consecuencia, hay una casuística variada. Por supuesto, tampoco tenemos que descartar el caso del anciano que no ha aprendido…. El caso contrario está en la persona joven que aprende muy rápido y que tiene un alto grado de madurez.

Para nosotros, una persona madura es aquella que ha sabido integrar las experiencias vitales y ha realizado el aprendizaje que debía para enfrentarse a la vida. Las personas maduras suelen ser asertivas, saben poner límites y están de vuelta de muchas cosas. Aunque quizás hayan perdido parte de la capacidad de ilusionarse o fascinarse, también tienen menos posibilidades de llevarse grandes decepciones. Por esta razón, podemos decir que el concepto de madurez ha sido reformulado, y eso es bueno.

Conclusión

Los cambios sociales han traído cambios en la consideración de las personas mayores. Ahora mismo, ya no se considera equivalente madurez física y emocional. Si bien el respeto hacia los demás seres humanos es fundamental, no es menos cierto que abrir el paradigma de pensamiento sirve para ser justos con los demás y con nosotros mismos. No hay por qué engañarse y, a veces, poner a los demás en el sitio que les corresponde es una forma de crecer.

En los últimos años ha habido un cambio conciencial. Las personas son conscientes de que la madurez no es una cuestión de edad y pasan a dar más importancia a “ser”. A veces, podemos tener dudas sobre nuestro nivel de aprendizaje o, simplemente, queremos pulir algunas cuestiones para proyectarnos hacia el exterior con más fuerza. Si es así, te animamos a que nos visites en la consulta para que te echemos una mano.

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