Este blog ha hablado en varias ocasiones de la soledad, y ello no ha de extrañar porque supone un cambio cualitativo. ¿Realmente elegimos estar solos o estamos solos porque no podemos estar acompañados? Vale la pena desterrar algunos mitos.
La soledad vivida como elección vs consecuencia
Lo habitual es que una persona, cuando hace algún tipo de terapia, alegue que desea estar con personas y que se siente sola. Hasta aquí, podríamos decir que es todo normal. La falta de adaptación, ya sea a la familia, los amigos o la pareja, es un lugar común. Ahora bien, es posible encontrar personas con un ego desarrollado que eligen conscientemente la soledad. Es bueno que echemos un vistazo a los motivos.
Las personas solas por elección
Sucede que, en los últimos años, ha aparecido un tipo de persona que es la que quiere estar sola. Y, más allá de utilizar adjetivos peyorativos como “rarit@” o “freak”, valdría la pena atender las características de este perfil que ya no es una “rara avis”. Son las siguientes:
- Estas personas suelen tener una inteligencia por encima de la media. Y esto les genera problemas de interacción y/o adaptación. Llega un momento en que dan más importancia a sus valores que a socializar.
- Las personas con estas características conocen la interacción con otras personas y han tomado la decisión de que su tiempo vale más. Nos referimos a quien ya ha pasado fases de duelo por relaciones malogradas.
- Las personas que están solas por elección valoran mucho más las amistades cuando las tienen. Tendrán pocos amigos, pero estos van a valer la pena, conviene aclararlo.
Esta actitud, si se toma bajo las bases que hemos indicado, no es en absoluto tóxica. Lo que sucede es que la mayoría de las personas que están solas no lo están por elección.
Las personas solas como consecuencia
La soledad como consecuencia suele ser, aún, el caso más común. Una persona no tiene vínculos afectivos estables porque, de alguna manera, se le generan impedimentos. Los más comunes son los siguientes:
- Dificultades para establecer relaciones con otras personas. Es decir, un bloqueo práctico para actuar de forma asertiva ante los embates de la vida.
- Procesos de duelo no superados. Una persona que no haya llegado a las fases de depresión y aceptación del modelo de duelo Kübler-Ross difícilmente puede abrirse a nuevos horizontes.
- Cambios de residencia. El cambio de residencia puede suponer un problema para relacionarse a corto plazo, pero las personas asertivas lo solucionarán rápido. Es por ello que este problema suele venir relacionado con el primero.
Estas situaciones que hemos enumerado requieren de soluciones específicas. No en vano, el objetivo final es garantizar una buena calidad de vida.
Conclusión
La soledad puede ser o no buena para ti dependiendo del “desde dónde”. Eso sí, y como principio general, tener una vida social variada y rica es saludable. En Emocodificación nos gusta ayudarte a que saques todo el potencial que hay en ti. ¡No dudes en contactarnos para preguntar y consultar!