
Uno de los retos más complicados para muchas personas es unir lo que piensan y lo que sienten. ¿Cuántas veces hemos sentido diferente de lo que pensábamos y eso nos ha provocado problemas? Entender por qué nos sucede eso es el primer paso para ponerle solución y, por qué no, para reducir el sufrimiento que se deriva de estas situaciones. Posteriormente, conviene tomar decisiones para solucionar esta disfunción, aunque la toma de consciencia ya es un paso importantísimo.
Por mi experiencia personal, puedo afirmar que los sentimientos desbocados suelen estar relacionados con algún tipo de carencia emocional que conviene identificar para que estas situaciones no se enquisten en nuestro inconsciente. En determinados casos, estos son capaces de silenciar casi por completo aquello que pensamos, de manera que tropezaremos mil veces en la misma piedra. Aunque visto desde fuera, puede parecer extraño, lo cierto es que son muchos los seres humanos de los que parece se ven en este tipo de situaciones, independientemente de la edad, género o clase social porque son patrones que se repiten.
El pensamiento, en la mayoría de los casos, nos indica si vamos bien encaminados o no antes de tomar una decisión. Aunque desde el siglo XVIII se da una importancia capital a la Razón como motor de progreso personal y social, no tiene por qué ser el único leitmotiv que nos guíe. Dicho de otra forma, la Razón como principio general es útil pero quizás hay otros elementos que te pueden ayudar en tu proceso de crecimiento personal. Pregúntate también si lo que piensas está acompañado por alguna emoción que te ayuda a ser feliz.
Por otra parte, es importante que, una vez que alineemos ambas vertientes, actuemos en consecuencia. Si no hay disfunciones, podremos equivocarnos, pero no tendremos la sensación de habernos hecho trampas al solitario. De esta forma, el proceso de ensayo y error que se da con normalidad en la vida se reproducirá sin que se generen disociaciones que a medio y largo plazo pueden ser muy negativas para nuestras vidas.
Si, después de todo esto, seguimos teniendo problemas para alinear sentimiento y pensamiento, hacer un ejercicio de introspección es una alternativa interesante. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos y preguntarnos por qué las cosas no funcionan, porque se trata de buscar soluciones para ser más felices. Es mucho lo que tenemos que ganar con este ejercicio para identificar aquellos aspectos que no nos permiten fluir como nos merecemos.
En caso de no poder hacerlo en solitario, esta es una buena ocasión para pedir ayuda porque las consecuencias positivas de conseguir la alineación son muchísimas. En primera persona, podemos tener puntos ciegosque no nos permitan ver la realidad con la misma nitidez; eso es normal.
En Emocodificación y Sanación Genética queremos que vivas en coherencia y ponemos todos los medios a nuestro alcance para que vivas en coherencia con tus sentimientos y pensamientos. Te animamos a que contactes con nosotros para pedir más información.