Es un lugar común, en algunos círculos, afirmar que “lo que tú crees, creas”. Y, aunque se trata de una generalización, sí que es cierto que un estado de baja vibración emocional no es recomendable. Esta entrada señalará algunos motivos por los que las emociones negativas no facilitan un buen estado de salud.
¿Por qué las personas con emociones negativas tienden a enfermar más?
Las personas no podemos evitar, en ocasiones, experimentar una emoción negativa. Y, lo que es más, tampoco sería saludable, a largo plazo, que lo hiciéramos.
Sin embargo, sí hay cuestiones de grado que merece la pena valorar. No en vano, aquí nos referiremos a emociones persistentes en el tiempo y que generan problemas en la vida cotidiana. Enfadarse con motivo de vez en cuando, si luego se pone solución a la situación que ha generado esa emoción, es saludable.
Por otra parte, hay que hablar de que los factores que generan enfermedades físicas son variados. Pero lo que sí es cierto es que, una situación emocional negativa, puede favorecer su aparición. Vale la pena, pues, hacer una valoración de los distintos aspectos.
Los principales aspectos que pueden influir negativamente en nuestra salud física como consecuencia de emociones negativas son los siguientes:
Debilitamiento del sistema inmunológico
Lo primero que hay que tener presente es que la exposición a emociones negativas de forma prolongada debilita el sistema inmune. Y este es el primer paso para padecer distintos trastornos, ya sean enfermedades o somatizaciones.
Una producción de cortisol fuera de lo normal alterará nuestro organismo, y no para bien. Por lo tanto, mantener esta cuestión dentro de los niveles normales la mayoría del tiempo es lo recomendable.
Abandono de hábitos saludables
Las emociones negativas prolongadas generan rechazo y/o apatía. Y ambas reacciones son enemigas de los hábitos saludables o de la disciplina. Este es uno de los motivos por los que se tiende a engordar, por ejemplo, o resulta más difícil conseguir los objetivos profesionales que nos marquemos. En la práctica, se reproduce la experiencia de frustración.
Una persona con los nervios o emociones a flor de piel continuamente tiene más tendencia a cometer excesos. Y esos excesos, a la larga, pueden dar lugar a distintas patologías físicas.
Aumento de las probabilidades de hipertensión arterial
Las emociones negativas prolongadas y crónicas aumentan las probabilidades de padecer hipertensión arterial. No en vano, una situación orgánica de alerta está asociada a un aumento de la frecuencia cardiaca. La OMS (Organización Mundial de la Salud) admite la probable relación entre estrés e hipertensión.
Por lo tanto, mantenerse en un estado basal la mayor parte del tiempo es lo ideal. Y eso se consigue con un buen balance entre emociones positivas y negativas.
Conclusión
Las emociones negativas, por muchos motivos, son un mal compañero de viaje vital. ¿Sientes que cada dos por tres te encierras en un bucle de pensamientos negativos o de patrones tóxicos de conducta? En Emocodificación te ayudo a dar con las claves para sanar este problema. No dudes en pedirme cita.