Los seres humanos podemos reaccionar de formas diferentes ante las situaciones problemáticas que se presentan en la vida. Hay quien, por ejemplo, reacciona a la mínima ante cualquier síntomamientras que otras personas dejan pasar el tiempo hasta que este se agrava. Como podrás imaginar, ningún extremo es positivo. En este caso, estamos interesados en entender la funcionalidad del síntoma para descifrar su significado y tomar decisiones encaminadas a mejorar nuestro bienestar.

El síntoma es, ante todo, una señal de que algo no va bien. No es nuestra intención hacer ningún diagnóstico, pero es significativo que esta situación te la puedes encontrar en varias facetas de la vida. Un dolor de hombros, el sentimiento de que algo con un amigo no funciona o que estás perdiendo la complicidad con tu pareja… todos son síntomas que indican que hay algo a arreglar sin perder tiempo porque, de lo contrario, la situación puede degenerar con consecuencias negativas para nosotros.

Es cierto que la graduación de los síntomas es diferente dependiendo de la persona y de la casuística en la que estés. No es lo mismo una contractura que una enfermedad ya desarrollada y, dependiendo del caso, las soluciones serán unas u otras. Ahora bien, a nosotros nos interesa entender el por qué se manifiesta un síntoma, independientemente del tipo que sea.

Los síntomas manifiestan una disfunción. Esto significa que, de un estado original perfecto y en equilibrio, se pasa a un desequilibrio que genera una manifestación, sea este físico, psicológico o emocional. Evidentemente, para tomar decisiones hay que tener en cuenta el punto de partida porque, de lo contrario, no sabremos de donde viene el problema. Una vez identificado, es preceptivo atajarlo para no permitir que este se agrave. Para nosotros son especialmente importantes los síntomas relacionados con la psique porque, de esta manera, se tendrá la información necesaria para buscar una solución a medio y largo plazo.

Son varias las razones que originan un síntoma. Algunas son a largo plazo, como pueden ser traumas de la infancia o la adolescencia que se han quedado enquistadas y que, años después, se manifiestan con toda la violencia del mundo. Otras, sin embargo, tienen un origen más a corto plazo y están relacionadas con el estrés del día a día o con los cambios sociales que a veces son demasiado rápidos para nosotros. Sea como fuere, un síntoma enciende la señal de alarma para que volvamos al estado general y es una reacción adaptativa del organismo; la mayoría de las veces, para decirnos que tenemos que parar o darle una vuelta a nuestra forma de hacer las cosas.

En Emocodificación y Sanación Genética somos conscientes de que el síntoma tiene que ser escuchado para buscar soluciones a largo plazo. Sin perjuicio de que los profesionales de la medicina hagan su trabajo como lo tienen que hacer, sí es cierto que muchos síntomas nos están dando claves del pasado que conviene desentrañar para que no se reproduzcan pasado un tiempo.

Por NO Comment 22/03/2018

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