Los trastornos disociativos son una de las principales problemáticas del día a día de millones de personas. En el siglo XXI, esta es una situación recurrente y conviene saber cuáles son los principales motivos. Aquí te explicamos qué hay detrás de la disociación.

Los principales motivos que generan la disociación

Las disociaciones son, al fin y al cabo, estrategias adaptativas de la psique. Ante un estrés muy elevado o prolongado, el cerebro, pura, y simplemente, desconecta. El problema está en que esta estrategia se reproduce llegada la edad adulta, con una cierta frecuencia. Si hay un elemento que destacar es que, de repente, una persona se puede ver en estas.

Los trastornos disociativos suelen generarse durante la infancia y adolescencia, pero no siempre. Hay determinados hechos o situaciones traumáticas prolongadas que contribuyen a esta clase de reacciones. Y es importante decir que, una vez que identifiques esta situación, necesitarás ayuda de un profesional. Esto marcará la diferencia y lo notarás.

En consecuencia, conviene que tengas presentes algunos aspectos. Lo primero, que hay varios trastornos disociativos, desde el de despersonalización al de amnesia, fuga o identidad. Los principales motivos que generan esta problemática son los siguientes:

Entorno familiar impredecible

Los niños necesitan un entorno seguro, tanto en lo económico como en lo emocional. Unos padres inestables, llevando esta situación al extremo, supondrán un problema añadido para los hijos. Por lo tanto, esta es una de las situaciones que aumentan las probabilidades de padecer trastornos disociativos.

Situaciones de abuso

Las situaciones de abuso son otro de los problemas recurrentes. Estos abusos pueden ser verticales u horizontales; por ejemplo, de padres o cuidadores a los niños, pero también entre hermanos o compañeros de clase. Y los abusos pueden ser de toda clase, físicos o psicológicos. Este estrés genera una suerte de anestesia para soportar las situaciones.

Tratamientos médicos prolongados

Esta es una cuestión delicada y no es la más común, pero un tratamiento médico prolongado durante la infancia, podría tener este tipo de efecto secundario. Es un lugar común en niños que han padecido cáncer o alguna enfermedad crónica que haya requerido de un tratamiento de varios años y doloroso.

En estos casos, se hace imprescindible una buena monitorización profesional del paciente y complementar el tratamiento con sesiones de psicoterapia.

Guerras o catástrofes naturales

Las guerras o catástrofes naturales, si se han vivido en primera persona, pueden ser motivos de trastorno disociativo. Y, esto es importante, sucede indistintamente en niños que en adultos. Un ejemplo recurrente es el de los soldados veteranos de guerras que estuvieron en primera línea de combate. Lo mismo ha sucedido con las víctimas de atentados terroristas.

Situaciones actuales como la pandemia del Covid-19 pueden aumentar el estrés en aquellas personas poco comunicativas. Este es un contexto que puede agravar anteriores tendencias y contribuir a desarrollar estos trastornos.

Conclusión

Entender qué es la disociación, qué la genera y los aspectos que se pretenden ocultar es fundamental para sanar viejas heridas. En Emocodificación impartimos sesiones de coaching que te pueden ayudar a mejorar tu bienestar general.

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