En nuestras limitaciones, hemos de desterrar el concepto “no puedo” o “no soy capaz” de nuestro vocabulario diario porque, además de causarnos sufrimiento, es francamente inútil. Quizás si le damos una vuelta de tuerca podemos ver que las limitaciones no son solo problemáticas sino que pueden ser una aliada para nuestro trabajo de crecimiento personal. Aquí te damos unas claves.

Zona de confort

La zona de confort en psicología se refiere, precisamente, a aquella área de nuestra personalidad en la que todo está en orden y no existen grandes esfuerzos que realizar. Si hiciéramos un símil con los nonatos, sería el momento en el que el feto está en la placenta y recubierto del líquido amniótico. Todo está en orden y no hay ningún problema.

Una vez que nos enfrentamos a los avatares de la vida, nos encontramos con que tenemos limitaciones. Algunas responderán a razones objetivas, puesto que la biología hace su trabajo y no podemos aspirar a tener 2 metros de altura si no los medimos. Sin embargo, sí existen otros elementos sobre los que podemos hacer algo, y es aquí donde se suele presentar el problema en toda su crudeza.

Limitaciones

La limitación puede utilizarse como un fetiche para no hacer nada, y me he encontrado con muchas situaciones en mi vida en la que el “no puedo” es la excusa ideal para no realizar un esfuerzo que se consideraba de antemano inútil. No seré yo quien diga que hay que hacer de kamikaze sin necesidad, pero por mi propia experiencia, sé que la mayoría de las veces era posible afrontar los problemas mediante el esfuerzo y la fuerza de voluntad.

Ahora bien, la limitación puede ser nuestra aliada si entendemos el mensaje que transmite, no la obviamos, y la tenemos en cuenta desde dos perspectivas:

  1. Si los límites son reales y objetivos, aceptarlos para no perder el tiempo y así podemos dedicarnos a otras cosas. A fin de cuentas, se trata de no perder el tiempo ni frustrarnos innecesariamente.
  2. Como principio general, tendremos que preguntarnos sin los límites son tales porque solo así podremos discriminar si lo son o si, en cambio, hay la voluntad de nuestra mente de hacernos trampas. Es una pena tener capacidad para conseguir algo y renunciar por miedo.

Hábitos.

Los hábitos se forjan con los años y, aunque el Ser Humano tiene una tendencia natural a la expansión, también es conveniente que tengamos presente que existen elementos para disciplinarnos y distinguir bien lo que es haraganería de lo que no. En la mayoría de los casos, la sensación de incapacidad se ha generado ya en la infancia y nos encontramos con personas muy brillantes que no han podido realizar unos estudios para los que estaban plenamente capacitadas por miedo al fracaso.

En Emocodificación y Sanación Genética te ayudamos a que distingas claramente qué limitaciones son objetivas y cuáles vienen dadas por tu programación. Te animamos a que contactes con nosotros para así poder afrontar todo lo que te propongas con garantías de éxito.

Por NO Comment 11/01/2018

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