Recuerdo que ya de niño se empezaron a poner de moda los llamados Juegos de Rol en España, al principio con un cierto desconocimiento y prejuicio por parte del público. Nunca he jugado una partida entera, pero si hay algo que valoro de los mismos es que las personas que los crean, incluso de la nada, suelen ser muy inteligentes y despiertas.

Al fin y al cabo, una característica de la vida es que, consciente o inconscientemente, estamos ejerciendo roles que pueden cambiar en pocos minutos en función del contexto, y a veces estamos cómodos con estos y a veces no.

Por ejemplo, cuando estamos trabajando, solemos ejercer un rol, sobre todo cuando es de cara al público. El dependiente solícito ante las demandas del cliente, el abogado que asesora sobre las posibilidades de un caso, el médico que receta unos medicamentos, el policía encargado de hacer cumplir la ley… como podemos ver, son varias las posibilidades que nos podemos encontrar ante la misma situación.

Cuando ejercemos el rol de pareja, también nos corresponde el de apoyo a la otra parte, mientras que si hacemos de padres tenemos que conjugar cariño y límites. En principio, si somos hijos adultos, también tendremos que echar un ojo si vemos que nuestros progenitores tienen problemas de salud.

Por lo tanto, una persona con un trabajo de cara al público con pareja, hijos y padres viviendo ya ejerce cuatro roles distintos al día como mínimo, eso sin contar las aficiones u ocupaciones extra que pueda tener. En principio, no hay ningún problema si tiene experiencia en cada vertiente y está cómodo.

Pero los problemas suelen empezar cuando alguien ejerce un rol que no le gusta o le resulta frustrante. Un trabajo que le agota o aburre, una pareja con la que no es feliz o una situación complicada en el ámbito familiar pueden ser perjudiciales para la felicidad de la persona.

Llegados a este punto, lo primero que hay que hacer es separar las diferentes vertientes y ver cuáles tienen solución a corto plazo y cuáles no. Una vez identificado el problema, tendremos que afrontarlo paso a paso para ir soltando lastre. Aunque puede ser difícil que estemos 100 % satisfechos en todos los roles que ejercemos al cabo del día, también se trata de vivir en coherencia con lo que somos y sentimos.

Si seguimos este consejo, simplificaremos nuestra vida y avanzaremos hacia la felicidad con paso firme.

Por NO Comment 28/08/2017

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