El concepto de causalidad no es quizás tan conocido como la idea de casualidad en el imaginario popular. Sin embargo, es mucho más importante y suele dar explicación a las casualidades. Aquí te lo explicamos mejor para que te resulte más fácil entenderlo. 

La causalidad, qué implica y sus diferencias con las casualidades

Muchas veces, pensamos que algo nos ha pasado por “mala suerte” o por casualidad. Y si bien es cierto que el azar existe en la vida, no lo es menos que su influencia es mucho menor de la que estamos dispuestos a admitir. Pocas cuestiones en la vida responden al azar, muy pocas.

Lo cierto es que las causas tienen un efecto, y es aquí donde hablamos de causalidad. Este es un principio que se aplica en las ciencias, la filosofía también sirve para la vida. Ahora bien, lo que sí sucede, y con mucha frecuencia, es que las personas implicadas pueden no identificar las causas. Hay que pensar que muchas energías se mueven en un plano sutil y que existen pequeños disparadores, que no reconocemos, que actúan. La detección de este principio resulta muy útil, en tanto en cuanto pone el poder en nosotros, y no en un tercero o en fuerzas externas.

Por ejemplo, cuando Carl G.Jung habló de la sincronicidad, indicaba que la coincidencia de dos sucesos podía ser aparentemente acausal, pero que no por ello estaba exenta de sentido. En consecuencia, todo sucede por algo, tiene un sentido y, si rascamos, es evidente que hay un porqué.

La pregunta, llegados a este punto, es qué podemos hacer nosotros para actuar en base a causalidades. Pues bien, existen algunos aspectos que podemos trabajar, como los siguientes:

Responsabilizarte de las situaciones

La espiritualidad o el sentido espiritual están muy bien, siempre que no impliquen escapismo personal. Por lo tanto, para actuar con un sentido en la vida, siempre hay que partir de una actitud de responsabilización individual. Esto facilitará mucho las cosas. Y, sobre todo, cuando no se actúa desde la victimización, se tiene una predisposición a buscar soluciones.

Preguntarte el porqué

La pregunta de los porqués es relevante, en tanto en cuanto te sirve para tomar decisiones. Conviene que partas, no obstante, de una situación de reflexión activa y, si te hace falta meditar, hazlo. Piensa que, en última instancia, esta actitud te resultará muy saludable. Estas preguntas, siempre que se hagan con el ánimo de cambiar el estado de cosas, son oportunas y convenientes.

Busca soluciones

La búsqueda de soluciones moviliza energía a tu favor, no lo olvides. Y quizás de esta forma te sea más sencillo encontrar respuestas y causalidades. Sea como fuere, para estas cuestiones la reflexión permanente o la especulación sin sentido tampoco ayudan. Vale la pena, pues, valorar detenidamente este punto.

Conclusión

Entender la vida desde la causalidad, más que desde la casualidad, proporciona empoderamiento. Y, desde luego, esta es una forma de evitar problemas y de solucionar situaciones complicadas, limpiando viejas heridas. ¿Quieres saber más acerca de Emocodificación? ¡No dudes en contactarme para que te dé más detalles!

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