
Los seres humanos somos ambiciosos por naturaleza, en tanto en cuanto no queremos sentirnos estancados. Esto nos obliga, llegados a un determinado punto, a considerar la asunción de nuevas metas. Ahora bien, una gestión de expectativas poco realista puede resultar contraproducente. En el artículo te explicamos cómo saber direccionar tu energía hacia la consecución de objetivos que puedas lograr.
¿Cómo saber si puedo asumir nuevas metas?
El primer aspecto que has de considerar es que algo de estrés es positivo para afrontar un reto. Esto significa que, cuando vayas a empezar algo nuevo, es normal que puedas estar nervioso. Diría más, si no estás algo nervioso cuando vas a afrontar un desafío novedoso es que este es demasiado fácil para ti. Dicho de otra forma, no vas a salir de tu zona de confort y, aunque está bien, será poco ambicioso. Hacer este cálculo siempre es importante.
Eso sí, de lo que se trata es de que los nervios sean porque es algo desconocido, no porque sea insuperable. En este segundo caso, si lo vive así, es mejor que hagas una reevaluación de objetivos antes de arriesgar. A fin de cuentas, no se trata de sufrir y desperdiciar una energía que te puede hacer falta para otras cosas. Si no sabes de una materia y no es lo tuyo, es preferible direccionarte de otra forma antes de tener problemas.
Cuando hayas calculado lo necesario para lograr nuevas metas, podrás establecer un plan de acción. Por ejemplo, si quieres ser abogado, es evidente que primero tendrás que estudiar Derecho. El problema puede estar en si te gusta o no la carrera y, en este sentido, has de ser honesto contigo mismo.
¿Por qué no logro los objetivos que me propongo?
A esta pregunta se le pueden formular muchas respuestas pero, como principio general, has de preguntarte dónde están los problemas. Por ejemplo, una expectativa poco realista no es recomendable. Lo que sucede si tú buscas conseguir un objetivo inalcanzable es que te frustrarás. Desgraciadamente, hay más gente de la que parece que se encuentra con este problema. Cuando no se tiene conciencia de cuál es el nivel realista, lo más habitual es que se reproduzca el problema en forma de círculo vicioso.
Existe una forma de minimizar estos problemas, consistente en buscar información. Al final, tener conocimiento implica poder. Si conoces mejor los pasos a dar y tiempo que vas a invertir, reducirás el margen de problema. De esta forma, será mucho más fácil que tomes las decisiones que correspondan. Por lo tanto, lo mejor es sopesar con calma, siempre que sea posible, un objetivo a medio-largo plazo.
Conclusión
Es posible que la falta de referentes influya en cómo establecer nuevas metas. Como eso genera frustración, se hace aconsejable buscar asesoramiento especializado que nos haga identificar los problemas. Además, posteriormente conviene sanar estas heridas para enfrentarse a la realidad en una posición de seguridad. En Emocodificación y Sanación Genética te ayudamos en el proceso para que afrontar nuevas metas sea más fácil.
Pamela
17/09/2018Soy una persona muy insegura de mi misma. Empecé un curso de fotografía con el fin de trabajar de ello y me produce mucho temor y frustración poder llevarlo a cabo.
María Jesús Araújo Ferreira
23/09/2018Hola Pamela, la inseguridad es una creencia que se ha instalado en ti, puedes realizar todo aquello que te propongas, con total seguridad. En este caso el miedo, seguramente está ligado a la negación de prosperidad. Averiguar las causas y transcenderlas es posible. Un saludo.