
Todos nos ponemos metas, unas de altos vuelos, pero otras tan a ras de suelo que ni lo parecen. Cumplir tus sueños en 2020 es posible.
Sobre todo, en estas fechas, en las que el nuevo año se acerca, nuestros propósitos para ese año suelen ser bastante expectantes.
Pero después de unos días o a lo sumo semanas nos damos cuenta que aquellos pensamientos, que aparecieron con tanta fuerza, se están quedando en el camino, con la vuelta a la anterior rutina y el abandono de aquellos maravillosos proyectos.
Las causas son diversas, pero hay algunas constantes que os vamos a contar:
1.- Las personas no obtienen lo que quieren, porque no saben lo que quieren.
Confundir lo que “debemos hacer” con lo que realmente “deseamos hacer”, para comprometerse a lograr algo, hay que saber muy bien lo que se quiere. Si quieres cumplir tus sueños en 2020, este aspecto es fundamental.
En nuestra vida nos vemos influenciados por las personas que nos rodean, familiares, amigos, pareja, etc. Sus comentarios, sus deseos y su forma de pensar nos van torneando de tal forma que algunas veces creemos que nuestros deseos son sus propuestas, nada más lejos de la realidad, ya he comentado que una cosa son las obligaciones y otra muy distinta los deseos.
Cuando te propones algo que en realidad no quieres hacer, ya sea porque crees que debes hacerlo o porque otras personas lo esperan, es normal que no encuentres ni tiempo ni motivación, al fin y al cabo, no es lo que tú quieres.
Concretar los deseos lo más posible y con gran cantidad de detalles nos acercará más a ellos. Con el ejemplo clásico de voy a perder peso. ¿Cuánto peso quiero perder? ¿De que forma voy a planteármelo? ¿Voy a hacer dieta? ¿Cuánto ejercicio haré? ¿Cada cuánto llevaré el control de los progresos?
Para todo propósito, debes tener también un plan para ejecutarlo, de lo contrario solo será un sueño más que quede guardado en el anaquel de lo que un día uno quiso y nunca pudo hacer realidad. Creando una sensación de baja autoestima por no tener la fuerza para alcanzar los propósitos.
2. Las personas no obtienen lo que quieren, porque no saben por qué lo quieren.
Uno de los grandes errores que cometemos a la hora de plantearnos metas y propósitos es que no sabemos por qué queremos lo que queremos, ni cómo esto le va a aportar valor a nuestra vida. Es aquí donde entra en juego la motivación. Las personas que logran grandes cosas en la vida, están marcadas por una gran motivación, por un gran porqué.
El gran motor para alcanzar nuestros sueños es la motivación, si nuestra propuesta carece de motivación o esta no está acorde con nuestros deseos, estará abocada al fracaso, es de vital importancia identificar muy bien la motivación detrás del propósito.
Por ejemplo, si quieres aprender un nuevo idioma, también debes identificar qué te motiva a hacerlo y encontrar un poderoso porqué. Ya sea fortalecer tus habilidades profesionales o simplemente poderte comunicar en el idioma del país al que va a visitar.
3. Las personas no obtienen lo que quieren, porque no saben en cuanto lo quieren.
Definir los objetivos es primordial, pero también hay que tener unas metas, como si de una carrera por etapas se tratase y en cuanto tiempo estimas que quieres conseguirlo.
Poner objetivos intermedios y al lograrlos, darnos pequeños premios, nos aumentará la autoestima y con ello las garantías de conseguirlo.
Metas desafiantes pero alcanzables y con una referencia en el tiempo ajustada, aunque es cierto que aumentarle un 20% el tiempo estimado, nos dará un margen para jugar con los errores y no caer en el desánimo.
En la consecución de las metas es muy importante, tener la posibilidad de medir los avances, con lo que conseguiremos, mejorar nuestra autoestima y las garantías de éxito.
Con estos sencillos pasos, estarás más cerca de conseguir los logros propuestos, desde la ilusión, el compromiso contigo mismo y la satisfacción del trabajo realizado.