La convivencia vacacional con la familia política es un tema en ocasiones delicado. Ahora, que empieza agosto, es bueno tener en cuenta determinados aspectos.
La convivencia vacacional
Por regla general, cuando nos vamos de vacaciones nos apetece estar solos o con un ser querido. Lo que sucede es que, en ocasiones, nos toca estar con otras personas. Pueden ser los cuñados o los suegros pero, en cualquier caso, lo importante es que no teníamos previsto compartir con ellos este periodo.
Las consecuencias de esta convivencia vacacional serán mejores o peores en función de varios factores. Cuanto mejor sea la relación, menor será el problema. Sin embargo, los compromisos pueden resultar ahogantes y a veces deseamos un espacio personal. Por otra parte, puede resultar pura y simplemente imposible convivir con una persona que detestamos.
¿Qué solución encontrar a esta problemática?
Cuando se busca el debido equilibrio entre obligación y devoción, nunca olvides una cosa: respétate. Sabemos que quieres mucho a tu pareja, pero eso no implica que te lleves bien con sus familiares. Si eres consciente de que no lo vas a soportar, quizás a largo plazo tengas problemas. Por este motivo, te recomendamos que seas honesto contigo mismo. Si no, a la larga tendrás problemas porque te sentirás peor y te empeorará el humor. La mayoría de la gente que aguanta situaciones injustas o que le incomodan acaba explotando.
Si, en cambio, llevas bien la convivencia vacacional con familiares políticos, te recomendamos que nunca olvides tu espacio. Es posible que tus suegros y cuñados sean encantadores, pero eso no significa que no necesites una parcela para ti. En cualquier caso, esta vertiente es más llevadera porque es una cuestión de grado. Si es así, con ser asertivo será suficiente porque, salvo excepciones, quien te rodea verá como normal lo que estás haciendo.
Al final, nos encontramos con un problema recurrente: saber decir “no”. Es normal que, cuando nos relacionamos con familiares de nuestra pareja esto nos corte. Por ello, es conveniente que seamos lo más transparentes posible con la persona que queremos. Quizás en el momento se llevará un disgusto pero, a largo plazo, fortalecerá la relación.
No acumular lastre
El problema de la convivencia vacacional es que, si no es sentida, se convierte en una bomba de relojería. Pocas cosas hay peores que compartir tu tiempo de ocio con alguien a quien detestas. A largo plazo, se va generando un rencor que repercutirá negativamente en la relación. Por ese motivo, estas cuestiones hay que pactarlas de antemano para evitar problemas. Si no acumulas lastre, tendrás unas relaciones más sanas y, cuando te apetezca tener un detalle, este será auténtico. Por regla general, las personas asertivas no suelen tener problemas en la proyección de sus relaciones.
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