Uno de los logros de la especie humana es la capacidad de abstracción. Tenemos la capacidad de dar poder a unos determinados símbolos, a sentirnos identificados por ellos, a asumirlos o utilizarlos para poner límites. El principal elemento que tienen es la identificación, de manera que sirven para que una persona o varias atribuyan determinados valores al símbolo.

No nos ha de extrañar que la mayoría de las religiones cuenten con símbolos comunes, ya sean estos la rueda del Samshara, la Cruz de Cristo, la Estrella de David o la Media Luna. En todos los casos, se introduce un elemento que identifica a todos los creyentes de una fe. Probablemente estos hayan sido los signos que más gente han englobado antes de que existiesen las empresas multinacionales que utilizan un logotipo común para ser reconocidas en Estados Unidos o Lituania.

Pero es que, además, los símbolos también pueden servir para imponer restricciones, y es ahí donde un símbolo utilizado desde la manipulación puede ser negativo para los seguidores si no tiene sentido. El símbolo del STOP o la prohibición de las señales de tráfico son elementos reconocidos universalmente y de una validez indudable. El color violeta, por ejemplo, al ser el más difícil de conseguir ha quedado restringido tradicionalmente a monarcas y eclesiásticos imporantes.

En consecuencia, tenemos que concluir que los símbolos pueden ser asumidos por una sola persona, un colectivo determinado o por la totalidad de la población de un país, como sucede con las banderas nacionales. Lo que sí es fundamental tener en cuenta es que la elaboración de un símbolo nunca es una cuestión inocente o que se haya dejado al albur, porque siempre hay un trasfondo, sea este positivo o negativo.

Tradicionalmente, el Poder ha sido consciente de la importancia de un símbolo, sobre todo por las reacciones que activa en el cerebro. Aunque siempre será importante tener en cuenta que, dependiendo del lugar, determinadas composiciones geométricas o combinaciones del color gustarán más o menos. Por ejemplo, el blanco tiene la consideración de color de luto en Oriente y, hoy, no es así en Occidente.

Los símbolos, una vez que se descifran, empoderan a la persona. Llegados a ese punto, tú podrás decidir si te sientes cómodo con una determinada simbología o si, por el contrario, no la quieres seguir porque no se corresponde con tus valores. En definitiva, será un paso liberador que recomendamos a todos.

Finalmente, hay que destacar el siguiente aspecto: un orden harmónico también puede guardar un determinado simbolismo para la persona. Esta es la razón por la que el Feng Shui es una disciplina que ayuda a las personas a conseguir su equilibrio. La decoración puede ser también simbólica, pero en el buen sentido de la palabra porque sirve para regenerarse.

En Emocodificación y Sanación Genética te ayudamos a entender la importancia de los símbolos y de todo lo que hay detrás. De esta forma, te empoderarás y conseguirás mejorar tu bienestar. Te animamos, pues, a que nos preguntes.

Por NO Comment 25/06/2018

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