
En tiempos, aunque no conocíamos el mapa del genoma humano, la evidencia nos indicaba que había una relación causal entre determinados caracteres corporales de los hijos que heredaban de los padres. Si vamos más allá, incluso podemos decir que, en algunos casos, hábitos psicológicos y costumbres también se transmitían.
El descubrimiento del genoma humano, en el año 2000, dio una explicación científica. El ADN es un compuesto de cadenas que transmiten una información de padres a hijos que es la consecuencia de la interacción del bagaje genético de la madre y el padre. Por lo tanto, hoy podemos concluir que la relación causa-efecto existe y que se puede demostrar científicamente.
El bagaje genético sirve, básicamente, para dos cuestiones, aunque hay más. En primer lugar, para indicar si tenemos predisposición a desarrollar determinadas enfermedades y, de esta forma, evitarlas. En segundo lugar, para distinguir caracteres exteriores. Finalmente, hay que señalar que el ADN cumple con la función de pasaporte genético y permite identificar sin ningún género de dudas a una persona.
Sin embargo, aún no está todo descubierto puesto que existe un porcentaje importante del ADN, denominado vulgarmente “basura”, del que no se conoce su función. Lo cierto es que el determinismo de la genética no es tal, en tanto en cuanto hay personas que han superado una supuesta predisposición. Sigue siendo un misterio la función de esta parte del ADN, pero lo que sí que se empieza a asumir es que, probablemente, tiene una función que desconocemos pero que es útil para nuestro organismo.
Ha habido experimentos muy interesantes acerca de cómo reacciona el ADN ante distintos estímulos y lo que se puede concluir es lo siguiente: ante situaciones tensas o de ira, el ADN se contrae mientras que, ante una situación de alegría o felicidad, la cadena genética se expande. Esto, aplicado a nuestra vida práctica, implica que podemos hacer mucho más de lo que creemos por mejorar nuestras vidas.
Queremos dejar muy claro que, cuando hablamos de la capacidad que tenemos de cambiar la realidad, en ningún momento negamos la existencia de problemas, situaciones injustas o trastornos hereditarios. Sabemos perfectamente que es una realidad que existe. Simplemente, planteamos que, desde este paradigma, es más fácil liberarse de aquellas situaciones que nos determinan. Los experimentos de científicos como Gregg Braden han demostrado que el ADN se modifica y que, por lo tanto, no es una estructura que se mantiene estática durante toda la vida.
Esto significa, en definitiva, que si bien el ADN tiene una función fundamental, tenemos la capacidad de cambiar muchísimos aspectos de nuestra vida con el pensamiento, incluso la disposición de estas cadenas. Saberlo es liberador porque nos empodera y aporta herramientas que desconocíamos.
En Emocodificación y Sanación Genética somos conscientes de la importancia que tiene el ADN y de que, dependiendo de cuál sea la actitud que tomes ante las situaciones, este cambia su estructura. Por lo tanto, te proponemos que nos conozcas mejor si quieres sanar aquellas situaciones que te perturbaban.