El miedo se manifiesta en todas las áreas de nuestra vida, pero es un lugar común que esto suceda cuando sentimos una atracción que es correspondida por la otra parte. Son muchos los motivos que lo provocan y que conviene conocer.

El primer motivo que puede suponer un freno, en especial en personas jóvenes o que no han tenido una experiencia anteriormente es el miedo a lo nuevo que, a fin de cuentas, nos encontraremos siempre que estemos en terreno desconocido. En este caso, no hay mucho que hacer al respecto sino, simplemente, vivir la experiencia. De lo contrario, nos estaremos moviendo siempre en el imaginario, con los perjuicios que esto genera.

La segunda razón tiene que ver con el síndrome del gato escaldado. Muchas veces no es el temor a lo nuevo sino, simplemente, que ya se ha vivido esta situación en repetidas ocasiones y, por lo tanto, hay experiencias que no se quieren repetir. En cualquier caso, lo común es que esto suceda porque la persona ha sido maltratada de alguna u otra forma y, por eso, prefiere estar sola.

Nada hay que decir cuando alguien prefiere estar solo que mal acompañado porque, a fin de cuentas, es una opción más sana que estar en una relación tóxica. La pregunta es si, realmente, alguien desea estar solo o es que, simplemente, tiene miedo de meterse en una relación en la que no sepa poner límites.

Como es muy probable que una persoa tenga miedo a las relaciones de pareja por no empoderarse, es conveniente que se tenga en cuenta este factor para cambiarlo. Tirar del hilo nos llevaría hasta la infancia pero, como principio general, habrá que centrarse en la situación o emoción que desencadenó la situación de desvalorización que impide tener relaciones afectivas en plano de igualdad.

Y, en cualquier caso, si no se tiene una relación de pareja, simplemente, porque hay una autoestima alta y la persona no está dispuesta a pasar por cualquier tipo de situación, tampoco está mal. Siempre que las expectativas sean realistas y que la persona sea honesta consigo misma, no hay nada que objetar porque, al fin y al cabo, es uno mismo quien ha de decidir si quiere o no compartir su vida con otro ser humano. Es más sincero decir “no” de entrada que andar con circunloquios destructivos.

Por nuestra experiencia, sin embargo, podemos afirmar que, en más del 90 % de las ocasiones, la persona que está sola sí querría tener vínculos. Son sus experiencias negativas o la anticipación de futuras experiencias las que le impiden tener relaciones satisfactorias, incluso cuando se presenta la posibilidad de tenerla objetivamente. Por lo tanto, sí suele haber un trabajo que realizar relacionado con el crecimiento personal.

En Emocodificación y Sanación Genética te ayudamos a empoderarte para que puedas tomar tus decisiones en libertad y construir vínculos sanos y maduros. Si tienes ganas de vivir en plenitud tu vida afectiva, te animamos a que busques herramientas.

Por NO Comment 15/01/2018

Dejar un mensaje

Do NOT follow this link or you will be banned from the site!